Para nosotros japoneses más importante el Año Nuevo que la Navidad.
Naturalmente como somos budistas, y la Navidad no tiene sentido para los budistastas, sólo para los niños es una oportunidad de recibir regalos y para los novios una noche romantica no más.
Pero el Año Nuevo es diferente.
En Japón dicen que exsisten 8 millones de divinidades.
Dentro de ellos, la Divinidad del Año Nuevo viene a casa y por eso decoramos las ramas de pino.
Pino, Bambú, Ciruelo son los árboles de buen augurio, porque el pino y el bambú son siempre verde y el ciruelo se florece en el frio. Son símbolos de longevidad.
En grandes empresas decoran "Kado-matsu", una decoración grande combinados estos tres árboles.
Pero en las familias ordinarias con sólo los pinos basta.
La divinidad del Año Nuevo viene por pino.